El tiempo hace olvido es cierto, pero las baladas tristes hacen el recuerdo. Y ahí es cuando a muchos de nosotros nos da por decir un ''pf'', sabiendo que ya es tarde, que una vez te entra en la cabeza el recuerdo, vienen las imágenes inmediatamente después, y acabas por recordar todo y pensar qué quizá el tiempo lo cicatriza, pero que siempre que mires la cicatriz recordarás la herida... Y sí, eso dolerá también. Hay una parte del recuerdo que nos viene de tal forma, que a veces no sabemos si lo imaginamos o lo recordamos. Vivimos entre estos dos mundos, mezclando las cosas, imaginando cosas que nos gustaría que hubiesen pasado, y recordando cosas que ojalá fuera sólo imaginación. Nos resignamos a lo fácil, y absurdo, a un clavo por el otro y así acabamos hechos trizas, pero no nos damos cuenta hasta que viene una balada triste en una tarde de domingo y el mundo se te cae al suelo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario